lunes, 29 de abril de 2013

Poema incluido en la película Pariah



Un corazón roto se abre al alba.
Romperse también es abrirse,
y yo estoy rota, estoy abierta.
Rota ante la nueva luz sin penetrarla.
Abierta a sus posibilidades que se abren paso.
Veo brillar el amor a través de mis grietas.
Veo la luz que brilla a través de mi.
Estoy rota y abierta.
Veo la luz del amor brillar a través de mi,
de mis grietas, mis aberturas. 
Mi espíritu emprende un viaje.
Mi espíritu alza el vuelo,
si no, no podría levantarse.
No estoy huyendo, estoy escogiendo.
No se puede huir desde una profunda grieta.
Romperse es liberarse.
Romper es libertad.
No estoy rota…soy libre.



Tu y Yo, Emmanuel


Tu y yo un ramo de imagenes
tu y yo una simple formula
tu y yo caminan las adas de aqui para alla
tu y yo un nido de pajaros
tu y yo llegando el silencio
tu y yo se forma una pagina
tu y yo haciendo una fabula
tu y yo jugamos un verso sin comas si reglas
sin tiempos ni acentos
dejamos la noche crecer
comiensan los besos
hacer un intento la luna es mas grande que ayer

se unden mis manos a cada momento
encuentro una flor eres tu
me siento tan cerca te siento tan dentro
te miro en un rayo de luz

tu y yo la flor y la fabula
tu y yo el nido de un aguila
tu y yo una simple formula

tu y yo la luz ha nacido ya
tu y yo el sol viene entrando
deslizas tus pasos y el dia se queda
testigo de lo que paso
despues tu sonrisa mirando el espejo
recuerdas tu primer amor

es una aventura rozar tu rodilla
estoy acercandome a ti
te entregas y olvidar tirado en el suelo
un verso que hiciste de mi

tu y yo la flor y la fabula
tu y yo el nido de un aguila
tu y yo una simple formula

es una aventura rozar tu rodilla
estoy acercandome a ti
te entregas y olvidar tirado en el suelo
un verso que hiciste de mi

tu y yo la flor y la fabula
tu y yo el nido de un aguila
tu y yo la flor y la fabula
tu y yo el nido de un aguila

...tu solamente el amor solo tu
tu solamente el amor solo tu solo..

tu solamente el amor.

El Hombre Enamorado Del Amor, José Ángel Buesa



Una tarde lejana 
el hombre enamorado del amor
fue a recoger , al pie de una ventana
un beso y una flor


Abajo estaban Ella
la flor , el beso y el atardecer
pero alla arriba , en la ventana aquella
se asomaba una sombra de mujer


Y el alma se le iba
al hombre enamorado del amor
y sus ojos miraban hacia arriba
al dar el beso y al agarrar la flor


Nunca supo quien era
Nunca la volvio a ver
pero el perfume de su cabellera
lleno de rosas el atardecer


Y hoy , al pasar con la cabeza cana
el hombre enamorado del amor
suspira por la sombra en la ventana
sin recordar el beso ni la flor.






Un colorido homenaje al elefante: festival en Jaipur



Jaipur es la capital del estado indio de la región de Rajastán, está bien conectada por tren con las ciudades más importantes del país. Antiguamente era conocida con el nombre de “Ciudad Esmeralda” ya que desde muy antiguo, se hacía toda la talla y pulido de esmeraldas del mundo.



Hoy Jaipur es una ciudad desordenada, turística y rodeada de polvo del desierto. Cada año celebran un importante festival de elefantes.


Se celebra la víspera del Holi (una especie de versión local de los Santos Inocentes), en el mes de Phalguna (marzo), como forma de dar la bienvenida a la primavera. 
Y no se trata sólo de honrar a Ganesa (dios con cabeza de elefante) sino también de concursar: los mahouts (cuidadores) decoran los cuerpos de sus animales con motivos florales de múltiples colores, los cubren con ricas mantas artesanales tejidas por las mujeres y los adornan con joyas, pedrería y cascabeles para intentar ganar el premio al mejor adornado; un concurso de belleza paquidérmica.



Una vez “vestidos”, los elefantes, que siempre son hembras, protagonizan una gran cabalgata por las calles de la ciudad acompañados de caballos y camellos y amenizados por músicos y danzarines tradicionales. A continuación llega el momento de acudir al Jaipur Chaushan, el campo de polo local, donde habrá un espléndido desfile con los proboscidios aún enjaezados -algunos con ostentosos palanquines encima- y enarbolar de banderas, para finalmente pasar a algunos deportes y juegos populares: tiro de cuerda entre una veintena de hombres y uno de estos animales -normalmente hembra-, un partido de polo montando elefantes y jugado con balón de fútbol, demostraciones tácticas ancestrales y una batalla en la que usan sus trompas para rociarse con pintura, tal cual hacen los humanos con pistolas de plástico y baldes (pues, no en vano, al Holi se la conoce como Festividad de los colores). Para terminar, los mahouts invitan a los asistentes que lo deseen a subir a lomos de sus enormes monturas para dar un paseo.





















Dos millones de habitantes saldrán a las calles de esta ciudad caótica, de bocinazos, ruido y polución, para honrar a estos animales que forman parte de sus más antiguas tradiciones. 

Todavía hoy en día, se ven por las calles elefantes nupciales enjaezados de rojo y oro que aseguran principios felices. Ganesha el dios elefante, agitador de obstáculos, es una de las deidades más queridas del panteón de dioses hindú, es normal que los paquidermos tuvieran un festival acorde ya que el elefante en la India, está considerado un vehículo hacia la fuerza y la fortuna.



Fuente:
http://www.elblogdekayak.es
http://quehaydonde.es 


Elmer, David Mckee




Elmer, se considera un elefante diferente a los demás, y es por su piel de mil colores, y no gris, como el resto de los elefantes. Pero por encima de todo será él mismo. 

Elmer es miembro de una manada de elefantes de todos los tamaños y edades pero todos son de color elefante. Elmer en cambio, es de todos los colores del arco iris, rojo, morado, verde, amarillo...por este motivo es único y además es el elefante más alegre de toda la manada.

Todos los elefantes son más o menos iguales, menos Elmer, el elefante más divertido de la literatura infantil. Elmer es distinto, tiene mil colores en su piel. Esta es la primera entrega de su historia, la que trata la diversidad desde la tolerancia. Con humor se presenta esta historia que supone aceptarnos tal como somos.






Nacer de una gota: un safari microscópico

  • El biólogo Rubén Duro presenta su última incursión en los mundos diminutos.
  • "Nacer de una gota" es un recorrido por las formas de reproducirse de las criaturas microscópicas.



El interior de una gota de agua es un universo en el que cada día se reproducen millones de criaturas. En su último libro, "Nacer de una gota" (publicado por 3.14), Rubén Duro ofrece un recorrido fotográfico por las diferentes formas en que estos seres microscópicos se reproducen y vuelve a mostrarnos la cantidad de maravillas que se ocultan a nuestros ojos. Algunas de las imágenes, como nos explica en entrevista telefónica, son el resultado de muchos días de observación y de paciencia frente al microscopio.
¿Cuál es el secreto para mirar dentro de una gota de agua?
Es un poco como cualquier fotografía. Ves un paisaje y dentro de eso intentas buscar lo que está ocurriendo y lo que más te llama la atención, ya sea por cuestión estética o interés científico. Mi suerte es que me sorprendo con todo, pero no es que busque algo concreto, sino que estas cosas me aparecen.  En el caso concreto de este libro, se trata de una selección de maneras de reproducirse y hubo una búsqueda de esas situaciones.
A nivel microscópico, la reproducción parece un poco marciana...
Sí, algunas maneras de reproducirse son parecidas a las que conocemos en nuestro mundo, como la de poner huevos, pero otras son más sorprendentes, como partirse en dos o mi favorita, la gemación. Imagina que de una parte cualquiera de tu cuerpo te empieza a crecer otro yo. Parece de ciencia ficción.
En cada sesión, ¿tienes la sensación de explorar otro mundo?
Para mí ése es el gustazo. Siempre tienes la sensación de que estás haciendo un safari magnífico y muchas veces no sabes qué estás viendo. Con eso tengo un problema, porque para la clasificación de especies se trabaja con organismos muertos, y en la imagen en movimiento es más difícil ver ciertos detalles.
¿Cuál es el bicho más raro que has visto?
Bueno, esos los veo cuando paseo por las Ramblas (risas). No, en serio, aquí hay muchas sorpresas. Uno de los que más me gustan son los rotíferos, con ese aspecto de batidora. Y con ellos he vivido el momento más increíble, que fue ver cómo un rotífero ponía un huevo. Por suerte estas cosas las grabo sin audio, si no se me oiría a mí gritar de entusiasmo.
¿Cuánto tiempo te puede llevar captar una de estas escenas?
Muchísimas horas.  Desde la recogida de muestras  a veces tienes que estar hasta 24 horas sin dejar de mirar. A veces me quedo dormido y le digo a mi hijo que me avise si se mueve algo. Porque  estos no avisan, no sabes cuándo van a suceder las cosas. Y es una pena que después de 15 días siguiendo un proceso, lo pierdas todo por un minuto que te despistes.
En el libro, por ejemplo, captas el nacimiento de una larva de mosquito...
Le tengo un especial cariño por lo que costó conseguir esa fotografía. Puedes calcular desde que lo recoges que entre 24 y 48 horas van a eclosionar, dependiendo de la temperatura, pero no puedes dejar de mirar.
Muchas imágenes parecen cuadros. ¿Las seleccionas con criterios estético?
Para mí tiene mucho peso. Me gusta decir que para hacerse visibles lo importante es "la conquista del sofá". Creo que la divulgación debe mantener el máximo rigor pero también hacerse lo más atractivo posible porque no se trata de contárselo a otro científico sino a la persona que está viendo el "Sálvame", captar su atención.
¿Cuántos años llevas mirando dentro del mundo microscópico?
En realidad no muchos, desde que empecé a hacer la serie documental "Mundos Diminutos" para TVE, que se terminó en 2006. Yo  siempre he hecho documental de naturaleza y al ver que nadie hacía caso a estos pobrecillos [los animales microscópicos] terminé haciéndolo yo. Una mañana le mandé unas cuantas fotos a National Geographic y por la tarde me pidieron un reportaje de diez páginas.
Pero tu fascinación empezó de niño, ¿no?
Sí, cuando los Reyes Magos me regalaron uno de aquellos microscopios de juguete, Microscopio 2002, creo que se llamaba. Como cualquier niño empecé a alucinar y lo primero que recuerdo es el ala de mosca, con sus pelitos y esa delicadeza que no ves a simple vista. A partir de ahí empecé a meter de todo en el microscopio, claro.
¿Los animales microscópicos son los grandes olvidados?
No solo los grandes olvidados, sino los grandes odiados, diría yo. Porque cuando se habla de cosas de microscopía se habla de bacterias y casi siempre cuando nos han provocado algún problema, no para decir lo importantes que son ni las cosas buenas que hacen. Una cosa que me llama mucho la atención es que la BBC, con todos los medios que tiene, no les dedica un documental. David Attenborough, que ha hecho todo, no ha tratado el mundo microscópico. Y no será por falta de medios, porque si puedo hacerlo yo...


Fuente:
http://noticias.lainformacion.com