jueves, 28 de noviembre de 2013

Canción III, José Ángel Buesa



Solo bajo los astros, te digo que estoy triste,

en la profunda noche de raíces de fuego.

Aquí, en un agua turbia que me agranda los ojos,
con el dolor creciente de la sed de tu beso.

Isla de locos pájaros más allá de la sombra,
y nieblas de remotas latitudes de hielo;
y el corazón que asciende golpeándome las venas,
en el horror sin nombre de saber que te quiero.

Sí. En la noche inclemente, solo bajo los astros,
oigo oscuras campanas en el fondo del viento,
y el rumor de los árboles recorre los caminos,
y me quema los labios la sed de tu recuerdo.

Te digo que estoy triste porque no estás conmigo,
pero la noche sabe, cuántas veces ya he muerto.





Loco, Romeo Santos & Enrique Iglesias

Te pido de rodillas
Luna no te vayas
Alúmbrale la noche
A ese corazón
Desilusionado, a veces maltratado

No te perdonaré
Si me dejas solo
Con los sentimientos
Que pasan como el aliento
Lo revuelven todo
Y me vuelven loco

Un loco
Por besar tus labios
Sin que quede nada por dentro de mí
Pidiéndotelo todo

Y yo
No te perdonaré
Si me dejas por dentro con ese dolor
No te perdonaré
Si me vuelves loco (si me vuelves loco)

Ay, ay, ay, ay, ay, ay
Ay, ay, ay, ay, ay, ay

Te pido de rodillas (uno y mil perdones)
Que al llegar la aurora (no me digas adiós)
No dejes ir el llanto (de tantas canciones)
De una luna rota (hubo una guitarra)
Por tantas promesas (que se van volando)
Que me vuelven loco

El calor del mundo, Claudia Masin





En esa vida tranquila y suspendida donde solo había dos destinos posibles, la lectura o el sueño, yo elegí la lectura. Y conocí el amor al riesgo, un amor que me desprendería para siempre de mi tierra natal. Es que son peligrosos los libros que se leen bajo la sombra hechizada de la siesta, multiplican su encanto, su capacidad de arrastrarte a otra vida. A una vida donde las cosas que se han deseado mucho, fatalmente suceden.




BiblioTech, la primera biblioteca pública digital





Más de quinientos años después de que la imprenta permitiera la proliferación de las bibliotecas públicas, el mundo del libro pasa por una nueva revolución, de tinta digital y pantallas táctiles, que desafía los pilares que sustentan el tradicional préstamo de obras. 

Hoy en día, vemos que la tecnología cada vez se va integrando más en nuestras vidas, así que no debería llamarnos la atención si dentro de poco las bibliotecas sin libros físicos comienzan a ponerse de moda. Estamos hablando, obviamente, sobre bibliotecas de libros electrónicos, más conocidos como e-books.











En la ciudad de San Antonio, ubicada en el estado de Texas, acaba de abrir sus puertas la primera biblioteca pública digital del mundo, BiblioTech. Nelson Wolff es la persona detrás de este gran proyecto, y la ironía es que él en realidad es un coleccionista de primeras ediciones de libros impresos.

Según Wolff, el proyecto BiblioTech ha tenido un costo de $2,4 millones de dólares, aunque el mantenimiento es menos costoso que el de las bibliotecas tradicionales, ya que se requiere menos personal y también menos espacio, debido a que cientos de libros pueden caber perfectamente dentro de una computadora.

La denominada BiblioTech, otorga acceso a unos 10 mil títulos digitalizados, que pueden ser consultados dentro de la biblioteca en terminales de computadora y en tabletas o llevados a casa en tarjetas de memoria.

Los libros también pueden ser accesados a distancia través de internet, por los usuarios registrados que cuenten con un teléfono inteligente, una tableta o computadora personal.


Funcionarios del condado de Bexar informaron que la BiblioTech ha sido dotada de unos 600 lectores electrónicos, 200 de ellos precargados con libros para niños. Además cuenta con 48 computadoras de escritorio, 10 computadoras móviles y 40 tabletas.

La misión es proporcionar a los residentes delcondado de Bexar la oportunidad de acceder a la tecnología y su aplicación a efecto de mejorar la educación, la alfabetización y la promoción de la lectura como recreación, indicaron los funcionarios del condado en un comunicado.

Aun cuando muchas bibliotecas públicas en Estados Unidos ofrecen ya libros electrónicos (e-books), la BiblioTech es la primera en este país en ofrecer solo libros en formato digital.

Sin embargo, entre el 10 y el 20 por ciento de las bibliotecas del país, podrían estar completamente en formato digital en los próximos 10 años.

Las autoridades del condado de Bexar planean también crear sitios adicionales o salas de lectura en diversos lugares del condado, para extender los alcances de la BiblioTech.

Quienes visiten la biblioteca podrán hacer uso también de e-readers y si llevamos niños podremos dejarlos en un sector diseñado para ellos. Hasta ahora, el único problema de BiblioTech es que no hay muchos títulos populares disponibles, debido a que las editoriales cobran demasiado por los libros electrónicos.

El gran temor de Wolff parece ser que su idea puede haberse materializado antes de lo debido.



Fuente:

http://www.excelsior.com.mx
http://www.culturizando.com
http://www.abc.es



domingo, 24 de noviembre de 2013

Miro a mi corazón y digo... Antonio Gala




Miró  a mi corazón y dijo:
“Aquí. Aquí  hay sitio bastante”,
y apaciguó el amor sus estorninos
sobre mis tristes olivares.

Ya no. Ya no encontramos
para seguir causa bastante.
Lo que ha de  morir muera;
lo que ha de pasar, pase;
lo que va hacia la noche, que se oculte;
que no despierten al cadáver.
 
Vaya la flor con su olor a cuestas,
el recuerdo, conmigo, y yo con nadie.

Miró a mi corazón –miraba-:
“Aquí. Aquí hay sitio bastante”.
Y de un hachazo derrocó
el olivo mas alto de la tarde.



No puedo arrancarte de mí, Cristian Castro


Siento, vibro, al recordarte junto a mi
lloro y rio, es tu locura que corre en mi
he perdido la conciencia, la razón por ti
perdiciosa me hace daño, tan solo pensar en ti

Pero no puedo olvidarte,
no puedo arrancarte de mi
no puedo olvidarte no
no puedo arrancarte de mi.

Te amo, te odio
son tantas cosas que siento por ti
vivo y muero, al mismo tiempo en ti
tu veneno me a cegado
te va matando lo se
y tu cuerpo me ha embrujado
me haces daño lo se.

Como quisiera perderte con el viento
y arrancarte de mi y olvidarme de ti
por un momento!



Historia de la goma de borrar




Una goma de borrar, también llamada borrador, es un instrumento de mano cuya finalidad es eliminar trazos erróneos generalmente de lápiz, aunque también puede ser de tinta o marcador.

Hubo un tiempo, por supuesto, en el que no existían las gomas de borrar como las conocemos ahora. Por un lado, muchos de los métodos de escritura que existían eran indelebles, como la tinta. Por otro, el principal método de escritura que se podía borrar con relativa facilidad, el lápiz, no existió hasta relativamente tarde. Desde el principio de su existencia, el lápiz y otros sistemas similares (como el carboncillo) tuvieron éxito, entre otras cosas, porque podían corregirse los errores con relativa facilidad, ya que no impregnaban el papel, sino que depositaban una capa sobre él que, en teoría, podía ser retirada de nuevo.

Naturalmente, esto no era fácil: la manera más común de borrar lápiz era utilizar miga de pan (un método que sigue usándose hoy en día, y estas gomas se llaman gomas de migajón), pero este sistema tiene varios inconvenientes: por un lado, hace falta pan fresco (una vez que la miga se seca, no sirve) y, por otro, no es fácil trabajar con precisión con ellas. Sin embargo, al no haber alternativas, era el instrumento más utilizado. Curiosamente, quienes cambiarían la situación serían los aztecas.

Diversos pueblos mesoamericanos,jugaban a un juego de pelota en el que el objetivo era hacer pasar la bola por un aro de piedra. Puesto que este deporte fue practicado por varias naciones a lo largo de miles de años, hay muchas variaciones de reglas, pero la clave de la cuestión era la pelota: era una pequeña esfera bastante elástica, que botaba en el suelo y las paredes de la cancha con una intensidad verdaderamente endiablada. No, no es una manera de hablar: de acuerdo con Bernal Díaz del Castillo, uno de los soldados de Hernán Cortés, cuando los conquistadores vieron los botes de estas pelotas se preguntaron si la causa no sería que estaban poseídas por espíritus malignos.


El dios azteca Xiuhtecuhtli, ofreciendo pelotas de goma en un templo. (Códex Borgia).

Naturalmente, el secreto de las pelotas que vieron del Castillo y sus compañeros era menos místico, pero revolucionaría el Viejo Mundo cuando fue llevado de vuelta: se trataba del látex, que los mesoamericanos extraían del jugo del hule (Castilla elastica). Para que no se pudriera, era mezclado con el jugo de otras plantas, especialmente la enredadera Ipomoea alba, ya que los pueblos mesoamericanos no conocían la vulcanización (de la que hablaremos más adelante).

La cuestión es que los españoles quedaron muy impresionados con las propiedades elásticas de la goma de los aztecas. Posteriormente se descubrirían otros árboles además del hule que producían látex, como el árbol del caucho (Hevea brasiliensis) brasileño, que se convertiría pronto en el principal productor mundial de látex. Con el tiempo fue transplantado a otros lugares, y hoy en día no es América la mayor exportadora de látex, sino que lo es Asia.


Extracción de látex del árbol del caucho (Hevea brasiliensis).

En cualquier caso, aunque el látex y sus derivados tendrían muchísimas aplicaciones en todo el mundo, cuando fue llevado a Inglaterra se descubrió, casualmente, un uso alternativo pero interesante para él: el científico Joseph Priestley, al frotar un trozo de caucho sobre un papel en el que había escrito con un lápiz, observó que el trazo se borraba muy bien. Sin embargo, Priestley no pensó en las posibilidades económicas de su descubrimiento.

Quien sí lo hizo fue el ingeniero Edward Nairne, quien había patentado varias máquinas eléctricas, instrumentos ópticos y barómetros. En 1770, Nairne vendía ya gomas de borrar, que eran simplemente bloques de caucho natural, en su tienda de Londres. De acuerdo con el propio Nairne, descubrió este uso del caucho cuando cogió un bloque del material por error en vez de miga de pan para borrar unos trazos de lápiz. ¿Es esto cierto, e inventó la goma de borrar independientemente de Priestley? No lo sabemos. Como quiera que fuese, sus gomas eran una novedad y un artículo de auténtico lujo: Nairne las vendía por tres chelines (quince peniques modernos), es decir, más o menos siete por una libra…¡pero una libra de 1770! Un precio exorbitante.

Sin embargo, el problema de las gomas de Nairne era que se pudrían: en efecto, los europeos habían adoptado el látex, pero no el tratamiento que los americanos habían dado al producto para preservarlo mejor (por ejemplo, usando Ipomoea alba). Con el tiempo, las gomas de borrar empezaban a oler mal según el caucho fermentaba. Evidentemente, había que encontrar algo nuevo.


La solución al problema la dio el estadounidense Charles Goodyear al inventar el proceso llamado vulcanización. No sabemos bien si por casualidad (como dicen algunos contemporáneos suyos) o a base de trabajo intenso y metódico (como dice el propio Goodyear en su autobiografía), el americano descubrió que, al calentar la goma natural con azufre, en vez de calcinarse (como ocurría cuando no se le añadía azufre) ésta se curaba, se volvía menos pegajosa, más dura pero elástica y, lo más importante, se volvía muchísimo más duradera, ya que no se pudría.
A partir del descubrimiento de Goodyear y su patente en 1844, era posible fabricar gomas de borrar permanentes, que no se pudrían. A partir de entonces se volvieron más y más populares, hasta ser un objeto de la vida cotidiana hoy en día.

¿Por qué borra una goma? Bien, el caucho de una goma de borrar es un polímero del isopreno, es decir, está formado por cadenas muy largas hechas de “eslabones” de isopreno. Estas cadenas están enrolladas de forma parecida a la de un muelle, con “eslabones” que unen anillos consecutivos del muelle en diversos puntos. Esa es la razón de que la goma sea tan elástica, ya que puede deformarse sin que las cadenas se rompan, pero al dejar de deformarla los anillos del muelle son devueltos a sus posiciones originales por los monómeros que hacen de unión entre ellos.


Isopreno (C5H8), “eslabón” de la goma natural.

En cualquier caso, al frotar un trozo de caucho sobre un papel con grafito sobre él, el isopreno es capaz de asociarse muy bien al grafito, y lo retira del papel, dejándolo “colgado” del polímero, enganchado a algunos escalones de la cadena. Llega un momento en el que, cuando suficiente grafito está asociado a las cadenas del polímero, la cadena entera se vuelve “resbaladiza”: no quedan eslabones libres que puedan asociarse a nada, y el polímero está cubierto de una vaina de grafito. El grafito se asocia formando láminas que pueden resbalar unas sobre otras, de modo que en ese momento la goma se vuelve resbaladiza y, al tratar de borrar, deja un residuo de grafito sobre el papel. Por otro lado, al frotar vigorosamente contra el papel, el polímero se rompe en distintos puntos, y las cadenas rotas forman las “virutas” de goma que quedan siempre al borrar, dejando una capa limpia de cadenas “libres” por debajo.

Una vez se supo la composición química del látex, no fue difícil elaborar goma sintética: cualquier polímero que presenta propiedades elásticas recibe ese nombre, y hay muchos, dependiendo de qué propiedades se quiere que tenga el producto final. Por ejemplo, muchas gomas modernas están hechas de polímeros de vinilo. Sin embargo, sus propiedades y su comportamiento son bastante similares a las de caucho natural.

Los últimos avances en las gomas de borrar son accesorios: tener un cilindro de caucho dentro de una funda similar a un lápiz, por ejemplo, para tener mayor precisión, o la adición de pequeños motores eléctricos para realizar el movimiento de borrado en las gomas eléctricas -que pueden hacer más descansado borrar grandes superficies, pero no parecen tener demasiada precisión-. Pero se trata de cambios menores. El momento clave de la goma de borrar, desde luego, fue el día en el que los sorprendidos españoles vieron botar una pelota de goma “poseída” en América.




Fuente:
http://eltamiz.com
http://es.wikipedia.org


El puente de los mil caminos



Sólo para peatones, y mejor si son curiosos. Porque los paseantes de la zona residencial de Meixi Lake, en la ciudad china de Changsá, podrán disfrutar de una inmensa variedad de paseos y vistas distintas con solo cruzar una y otra vez el puente que los arquitectos holandeses Next han proyectado para ellos. Sus 150 m de envergadura irán recorridos por lazos de acero con sinuosos brazos a distintos niveles, algunos a 24 m de altura, desde los que podrán contemplarse tanto la zona recreativa alrededor del río, como la ciudad o las montañas circundantes.





El diseño, que ha ganado el concurso internacional para su adjudicación, fusiona en su inspiración los conceptos de la cinta de Möbius y de un nudo característico de la artesanía tradicional china. La cinta de Möbius es una superficie con una sola cara y un solo lado, descubierta de forma independiente por dos matemáticos alemanes: August Möbius y Johann Listing.




El puente comenzará a construirse en 2014, dentro de un gran proyecto para levantar toda una nueva zona residencial al oeste de Shangá. En ella se pretende unir el urbanismo más característico de las grandes metrópolis con el respeto al medio ambiente y el progreso sostenible. El futuro puente se fundirá con ese estilo tanto por su línea de diseño, como por su funcionalidad e iluminación.


Fuente:
http://www.quo.es/


viernes, 22 de noviembre de 2013

El susurro de la caracola, Màxim Huerta




Aquel mes de noviembre estaba acabándose. Hacía ya frío en Madrid, tenía mucho más trabajo que de costumbre arreglando pantalones y remendando jerséis, y me permitía poder ir comprando más revistas en busca de Marcos. Para ser su primera película estaba saliendo mucho. Yo iba a casa de la Luisa, donde concentraban las bolsas con la ropa para arreglar, cubierta con mi abrigo azul marinero y los guantes puestos. Me gustaba ponerme ese gabán porque era de paño grueso y me sentía protegida desde las rodillas.

Antes de llegar a la casa de la Luisa, paraba a tomarme un café con leche caliente-en vaso de tubo- en el Comarcal de Pacífico, donde la temperatura estaba siempre más alta gracias a que la caldera estaba rota, pero además-para qué negarlo- donde siempre tenían revistas amontonadas junto a los periódicos. En fin, venía a calentarme el pecho, pero también a arrancar algunas páginas en las que lo encontraba. El dueño no reparaba en ello porque con lo manoseadas que estaban algunas yo creo que agradecía que las fuera deshojando y evitándole más montones. En días así, cuando veía alguna foto nueva, el abrigo del bar me suponía mucho más abrigo del que me ofrecía el mero café con leche caliente.

Los días empezaban a ser más cortos y cuando acababa el recorrido por las casas de mis clientas, no tenía muchas fuerzas para subirme al metro y volver al centro a esperarle en el portal. Al final del día estaba molida. Las cosas como son, subía por la calle Valderribas a recoger los encargos, bajaba hasta Catalina Suárez y me colaba en la calle Pajaritos, donde me esperaba la Luisa. Luego volvía a Valderribas, me cambiaba y me iba hasta la parada de Pacífico. Y todo esto para un trabajo que me aburría. Cuando no era la Singer mi compañera de tertulia, me pasaba horas sentada en un taburete con una palangana humedeciendo los pies de las vecinas; la liturgia iba acompañada de una toalla para secarlos y varias limas y tijeras con las que recortaba las uñas a fondo. Cuando no eran callos. Era de esperar mi agotamiento. La Luisa las quería de color clarito, la Reme prefería «solo brillo», Elvira y su hija hacían uso del color granate, las dos; a Julia le bastaba que se las recortara con cuidado-le sangraban- y que le apurara las durezas. Así, sentada en el suelo, hablando con las rodillas, me preguntaba qué había hecho para tener esa misión en la vida. Yo era una de ellas. Indistintamente podía haberme cortado las uñas la Reme a mí, o ser yo la que era atendida por la hija de Elvira. (No puedo explicar por qué la Reme era la Reme y a Elvira, en cambio, no la llamábamos la Elvira.) Pero ese era mi lugar en el mundo.

Hace un tiempo había empezado a descifrar pies igual que las brujas leen la palma de la mano. Lo hacía mientras bajaba las escaleras del metro, o mientras esperaba en la parada del autobús. Podía predecir si esa señora que bajaba iba a tener juanetes o uñeros. Observar a través de las rodillas era un ejercicio de paciencia increíble. Y cómodo, porque nadie se daba cuenta de que estaba analizando sus pies. Por ejemplo, allí estaba yo, sentada en el metro, mirando las butacas con la vista perdida. Y en verdad estaba trabajando en mis pronósticos, haciendo conjeturas. Habría dado cualquier cosa por que después de tener mi presentimiento-o mejor dicho, visión médica- se hubieran descalzado para enseñarme los pies. Con las clientas había llegado a tener una precisión asombrosa, les miraba las rodillas y me hablaban. Sonaba inverosímil, pero me pasaba la mitad del día arrodillada por encargo.

La calle empezaba a parecer un descampado a partir de las siete de la tarde. Los días, como decía antes, se habían hecho más cortos. A veces, sin darme cuenta, entraba a la iglesia de San Ildefonso para heredar algo de paz o sentarme en un banco a contar muchas de las cosas que no estoy contando aquí.

Entonces deambulaba por las calles de Fuencarral, dando rodeos para olvidarme de las rodillas, del olor a gato, del alpiste seco de la jaula y… mirar a la gente. En esa calle y a esas horas era más numerosa la presencia de extraños, intentaba no fijarme en las caras directamente, pero no las eludía porque no quería que se me escapara la posibilidad de tropezarme con Marcos. A medida que se acercaba la hora de la cena, aceleraba el paso como agotando las caras, las miradas, los ojos de todos.

Solo quedaba cenar, acostarme y volver a leer rodillas a la mañana siguiente. Por aquellos días de otoño, me tuve que cobijar de nuevo en las revistas. Se trataba de volver a hurgar en las páginas del colorín buscándole bajo los titulares. En el descanso entre una clienta y otra, si las uñas venían sin problemas graves, les pedía que me dejaran alguna publicación. Me las fumaba. Si en alguna de las páginas aparecía él, disimulaba y me la echaba al bolso como si la revista hubiera venido conmigo.

De modo que ahí estaba, recortando uñas y recortando fotos. Se trataba además de una tarea con horizonte, debía esperar al buen tiempo. Curiosamente, esperar-aunque fuera al tiempo- formaba parte de mi breve repertorio de verbos capaces de sacarme de ahí. Los atroces días de invierno se me hacían largos. Mi consuelo era que mi colección de fotografías estaba creciendo a pasos agigantados, Marcos asistía a muchas fiestas y posaba en los eventos con una naturalidad que nada tenía que ver con la del principio. También es cierto que le llamaban para un montón de presentaciones de cine, de teatro, joyerías y premios de revistas masculinas. Empecé a aprender más de su actitud y de su personalidad al analizar sus fotografías matemáticamente, no tenía otra posibilidad. Para eso debía pensar que Marcos no era mi Marcos. Distanciarme como un cirujano del enfermo. A veces lo conseguía, a pesar de la dificultad y del componente emocional, y anotaba detalles en mi libreta: Hoy parece que ha llorado, tiene aspecto de cansado, no es cansancio físico, es agotamiento moral. Foto catorce. Hoy tiene la mueca de perplejidad. No sabe qué hace ahí. Es una joyería. Foto cuarenta y tres. Tal vez se ve fuera de lugar. Seguramente se ve fuera de lugar, matizo. Lo lógico, dado el lugar. Hoy oculta sus manos como en la foto tres, en la cuatro y en la siete. La cinco y la seis no puede apreciarse, están cortadas con un titular. Mi análisis es que está nervioso. Corrijo. Mi análisis es que está disperso y se agarra los dedos entrelazándolos.

Foto dieciséis. Guapo. Un psicólogo me daría más datos pero me parece que es así. En las últimas fotos utiliza para vestir el color negro. No quiero hacer un análisis excesivo, es invierno y es la prenda más cómoda para los chicos, no requiere de estudio, no hay que buscar en el armario…

Con esta confianza provocada por la foto dieciséis salí a la calle. Lo misterioso de las reacciones es que a veces las provocamos inconscientemente. Así fue. Para nada esto me humillaba. Cada traspié, cada día sin encontrarle paseando, se convertía en un acicate para seguir. Yo tenía clarísimo que el azar ha impulsado todos mis movimientos, lo fue de pequeña y lo estaba siendo entonces. Me puse el abrigo de paño azul marino y bajé a la parada de metro, iba movida por una fuerza especial, bajé las escaleras y coincidió que el convoy pasaba justo en ese momento, con lo que no tuve que esperar en el andén. No podía hacer más frío.

Ya dentro, la vista se me fue, otra vez, a una de las señoras que iban sentadas frente a mí.

Comencé analizando sus pies deformados por el calzado, seguí a las rodillas y luego subí hasta su revista, la que iba mirando sin leer. Tuvo gracia. Se me ocurrió pensar que hubiera otra como yo en el metro, que esa señora que tenía frente a mí fuera un caso idéntico, que nos hubiéramos desdoblado como las células de los microscopios y estuviéramos en el mundo con la misma función. Preocupadas exactamente por lo mismo, como en un espejo. Ella tendría mis problemas, yo tendría sus quebraderos, las dos tendríamos el mismo estímulo en ese momento. Empecé a mirarle el rostro, después el cabello, así llegué a la boca, para fijarme si sus labios se parecían a los míos. Tampoco es nada del otro mundo. Estas cosas yo las había visto en algunos reportajes de televisión, explican con argumentos que existen seres que son iguales a otro pero que nunca se encuentran. Parece de ciencia ficción, pero todo tiene su fundamento, ya que es imposible que haya tantas diferencias entre los seres humanos. No es posible que podamos nacer millones y millones cada día y todos seamos diferentes. Lo mismo sucede con las huellas de la mano. No me lo creo. Si podían dos seres ser iguales físicamente y nunca encontrarse, por qué no podía también haber dos seres con las mismas inquietudes, las desdichas, los mismos impulsos sentimentales, las mismas corazonadas. O lo que es más, por qué no podía darse el caso de que después de haber coincidido en un espacio y tiempo exactos estuviéramos pensando lo mismo en el mismo momento. Me quedé espantada al comprobar que, cuando volví a mirar a la señora de la revista, como una réplica mía gestual, levantó la vista y nos cruzamos la mirada. Estuve pensando si ella estaba pensando. La ventaja de ser tantos en el mundo es que nunca coincides, ¿qué hacía allí? Dos cuerpos sentados frente a frente. Cuando vi que la próxima parada era la de Antón Martín, decidí levantarme para comprobar si ella también se levantaba. Era muy aficionada a verme parecidos con todos y me estaba poniendo nerviosa su presencia. Tengo que empezar a cuidarme de eso. No quise mirar, agarré mi bolso bien fuerte, lo apreté junto al abrigo y me dispuse a ponerme en pie entre la gente. Aferrada a la barra de seguridad miré a mi lado. Deseaba… No sé qué deseaba. «Próxima parada Antón Martín», dijo la megafonía del vagón. Miré y no estaba. Quizá había pensado lo mismo y ahora estaba detrás de mí, o estaba asustada como yo. Si pensábamos lo mismo, estaba pensando como yo. Entonces también me estaría buscando en el vagón a punto de salir. Al abrirse las puertas me quedé parada en el andén.

Paralizada. Echó a andar lentamente el vagón y, cuando fueron pasando las ventanillas frente a mí, pude comprobar que en el mismo asiento, ahí dentro, continuaba la señora, pasando página a su revista, ajena a mis tonterías. ¿Y yo? Yo estaba en una parada absurda, con ideas absurdas en mi cabeza, murmurándome «tranquila, Ángeles, tranquila». No sé si enloquecida o con algún trastorno extravagante.

Había comprendido que no iba a ser tan fácil encontrarse a una misma. Lo bueno es que bastaba con haber encontrado a Marcos.

Estuve sentada en un banco de Antón Martín el tiempo justo. El túnel estaba en una suave penumbra, debía de haber algunas luces fundidas y la gente, que pasaba extrañada ante la situación de semioscuridad, evitaba ponerse cerca del andén. Daba un poco de miedo. Sin embargo, con o sin luz, yo seguía destemplada. Nadie se fijaba en mí y todos me miraban. Toda esa gente que se pegaba a la pared buscando el resguardo seguro no sabía qué cosas tan raras se me pasan a veces por la cabeza. A pesar de la angustia que me despierta la curiosidad, me sentía protegida porque un presentimiento crecía dentro de mí. Nada tenía que ver con la posibilidad de que existiera una mujer como yo en el metro anterior, no. No soy la protagonista de todos los viajeros del metro, sigo siendo una figurante. Se acercó el siguiente metro y entré.

Por primera vez en meses noté que el presentimiento tenía algo de fundamento. Según la abuela, me pasaba la vida diciendo que tenía presentimientos, que veía un montón de piedras y me hacía la vidente seleccionando una con toda la parsimonia del mundo como si fuera un amuleto.

– La piedra me habla, abuela-explicaba en voz baja-, me dice que la elija.

– Anda, anda, niña. Estás loquita…

Quizá lo estaba. Pero es que era verdad. A veces, tenía presentimientos. Me daba una punzada al corazón. No sé cómo serán las punzadas en el corazón médicamente hablando, pero eso era lo que sentía. Algo real. Cogía las caracolas de la playa y me quedaba horas escuchando los ecos, los sonidos rizados que me silbaban secretos.

– Eres una fantasiosa-remataba ella. Pero ahora tenía ese sofoco característico de mis presentimientos. Olía a moscas. Rumiaba el runrún.

– ¡Pero bueno, Begoña…! ¿Qué estoy viendo? ¡Llevas días sin venir a verme! ¡Como hayas cambiado de panadería!

Matilde tenía el mismo brío de siempre.

– He estado fuera-dije.

– Pues ya te echaba de menos.

– Ya lo sé.

– ¿Trabajo?

– Bueno, que he tenido unos días con más encargos de lo normal.

– ¡Me alegro, hija!

– Vamos, pero que ya está, ha sido un atracón y vuelve la sequía. Debe de ser que todas han sacado la ropa del armario y me han enviado a arreglar hasta las mortajas.

– Quita, quita…-gruñó levemente-. Y ¿cómo andas? Se te ve bien. El otro día estabas con una cara de harina que parecías transparente.

– Me pillarías sin desayunar. Con este frío…

– Sí, hija. Muchísimo frío.

– Además, comparada contigo, que ibas de punta en blanco… Estabas toda resplandeciente de verde pistacho. Así cualquiera.

– Ah, hija. Fue una fiesta preciosa. Y mi hermana estaba estupenda. Y ni te digo el resto. Éramos de revista. Para que nos sacaran en las fotos. Te las tengo que enseñar.

– Pues enséñamelas.

Nunca me las enseñó porque era su secreto. Lo sabía. Eso me hizo confiar en ella mucho más. Me uno a la gente que guarda secretos.

Esa mañana me había tirado un buen rato-no sé cuánto- contemplando el sonido de las máquinas tragaperras. No eran especialmente musicales, pero formaban parte de la rutina en la que me dejaba llevar. Y entonces me pareció que las luces que giraban en las maquinitas coincidían encendidas en el mismo dibujo. El dueño le animaba en el juego, gritándole al jugador: «Hala, hala, Pascual… Hala, hala, ¡que te toca el premio!». El premiado era él, pero yo sentí que el azar jugaba otra vez en mi vida a mi favor. Ni siquiera esperé a las vueltas cuando pagué el café con leche y salí del calor del Comarcal.

– Tenía ganas de verte-me dijo Matilde.

– He estado ocupada con arreglos.

– De eso quería hablarte. No sé si los recoges y te los llevas o los haces a domicilio…-me preguntó.

– Depende de si son cortinas, meter dobladillos, remiendos… Todas esas cosas. Yo puedo venir o llevármelas y devolverte todo bien planchado. Como tú me digas.

– Mi hija encantada con el jersey que le zurciste. Vamos, parece nuevo…

Había algo en mi voz que sonaba distinto, una calma que seguramente se debía a las últimas semanas que pasé relajada en casa viendo y recortando fotos. Extrañar a alguien reblandece los callos del alma y más si es él. Me gustó oírme así.

– ¿La plancha?-añadió curiosa.

– No sabes cómo plancho. Te dejo la ropa a estrenar.

Matilde sacó unas llaves del bolsillo como si me enseñara un talismán. Como si prolongara el silencio con ellas en la mano o si estuviera indecisa, me explicó que era la mujer que necesitaba. Me incorporé hacia el mostrador mientras Matilde salía de detrás hacia mí para hablarme con aire afectado.

– Si planchas bien, te voy a ofrecer un trabajo. Te lo dije. Un trabajo trabajo. Nada de ir rondando, que acabas matada.

– Planchar no solo no me molesta, sino que me gusta. Es como volver a dejarlo todo nuevo. Y eso me relaja.

– Toma, estas son las llaves y esta es la dirección-dijo dándome un papelito junto al llavero-.

Si no hay nadie, la ropa la encontrarás en la cocina, nada más entrar. Es un trabajo de asistenta, confío en ti. Sé que no me vas a defraudar.

– ¿Para quién es?

– Marcos Caballero, lo conoces. El chico actor.

Me ahogué. Matilde me entregó las llaves, volvió al mostrador y cerró los ojos en un gesto de complicidad hacia mí. Aturdida por la escena que acababa de vivir, le agradecí la confianza sin abrir la boca y me dirigí a la puerta, salí a la calle y respiré profundamente ese aire frío y seco que ya estaba cubriendo Madrid. El aire helado, mortal y doloroso me abofeteó en la cara. Salí a refugiarme en la parroquia. Debió de ser un sacrilegio, pero metí la cara en el agua bendita y allí, sumergida en la pila de mármol durante unos segundos, di gracias. Ya no necesitaba esconderme; iba a dejar de ser un fantasma: ya era una mujer visible.



Queso de hebra



El Queso Oaxaca, se conoce solamente en México y se fabrica en todo el país, el nombre de este queso está ligado al estado de Oaxaca, al sur de México, su lugar de origen, también se conoce con el nombre de quesillo, queso de hebra y queso asadero.

El Quesillo Oaxaca es un queso blanco y medio duro semejante al Mozzarella, pero de sabor mucho más suave. Es típico principalmente de la región de Valles Centrales en el estado de Oaxaca, su lugar de procedencia, donde fue primeramente elaborado.

Se conoce como quesillo o queso de hebra cuando está formado como una pelota, y como queso asadero cuando está formado como un ladrillo.

Orígenes

Cuentan los pobladores que en el año 1885, casi un siglo atrás, la niña Leobarda Castellanos García, de tan sólo 14 años de edad estaba encargada de cuidar la leche cuajada para hacer el queso. En un descuido a la pequeña se le olvidó atender su encargo, dándose cuenta que la " cuajada" ya se había pasado del punto para elaborar el queso y para que sus padres no la descubrieran, vació agua caliente sobre dicha masa, dando esto como resultado una fundición y obteniéndose una mezcla chiclosa a la cuál llamó quesillo.

Los padres de la pequeña probaron dicha mezcla, notando que tenía un sabor exquisito y empezaron a elaborarlo gracias a que el "quesillo" tenía una gran aceptación entre la población.

Este producto enriqueció la gastronomía local y tiempo después sirvió para dar a conocer a Reyes Etla, población muy cercana a la Capital de Oaxaca, en muchos países del mundo como "La Cuna del Quesillo".

El queso

Su aspecto es un poco inusual debido a su proceso de producción; al cuajarse se forman muchas hebras, las mismas que se juntan en tiras largas que se entrelazan para hacer una bola de queso. Este queso se deshebra y se funde muy fácilmente.

Es tierno y de color blanco; su sabor puede ser desde desabrido hasta mantecoso y dulce.

Área de Producción


Originalmente los valles centrales del Estado de Oaxaca, México, pero en la actualidad se elabora en todo el país.

El medio físico

Oaxaca es uno de los estados más montañosos del país pues en la región se cruzan la Sierra Madre Oriental, la Sierra Madre del Sur y la Sierra Atravesada. Mientras las montañas se caracterizan por sus bajas temperaturas, la región del istmo, la cañada (sobre todo Cuicatlán), y de la costa se caracterizan por su clima cálido. Su río más importante es el Papaloapan, y sus afluentes, el Río Tomellín y el Río Santo Domingo, entre otros.

El clima

En Oaxaca las enormes cadenas montañosas sirven como barreras para los vientos que proceden del Golfo de México y del Océano Pacífico.

Oaxaca presenta gran variedad climática, así, en su territorio hay climas cálidos, semi-cálidos, templados, semi-fríos, semi-secos y secos.

Los climas cálidos en conjunto abarcan poco más de 50% de la superficie total de la entidad, se producen en las zonas de menor altitud (del nivel del mar a 1.000 m.), se caracterizan por sus temperaturas medias anuales que varían de 22 °C a 28 °C y su temperatura media del mes más frío es de 18 °C o más.

Cerca de 20% del territorio se encuentra bajo la influencia de climas semi-cálidos, en los que se presentan temperaturas medias anuales de 18 °C a 22 °C, o son mayores de 18 °C, y cubren áreas cuya altitud va de 1.000 a 2.000 m.

Los climas templados, sub-húmedo con lluvias en verano en mayor proporción y con abundantes lluvias en verano en áreas más reducidas, cubren aproximadamente 19% de la superficie del estado; se manifiestan en los terrenos cuya altitud es de 2.000 a 3.000 m se localiza hacia el centro y Noroeste, pero también hacia el sur en la costa.

En el centro-Sur y Nornoroeste se localizan las zonas con climas semi-secos, las cuales representan casi el 10% del territorio estatal, e inmersas en ellas están las áreas de climas secos, que no llegan a cubrir el 1%.
La cabaña ganadera

La cabaña ganadera utilizada en la obtención de leche para la elaboración de este queso resulta bastante heterogénea, con ganado de origen criollo y rebaños de distintas razas puras de origen europeo.

La leche

Se elabora con leche de vaca, con leche entera permite obtener un quesillo de sabor más apreciado, mientras que con leche descremada se obtiene un quesillo de sabor notable únicamente para los paladares conocedores.

La gran mayoría de elaboraciones de queso Oaxaca, se hacen a partir de leche cruda.

Elaboración

El proceso de producción es complicado e implica en ocasiones estirar el queso en tiras largas y luego enrollarlo para hacer una pelota del hilos de queso. Se pueden hacer rollos más pequeños de distinto peso.

El quesillo es un derivado lácteo que se obtiene mediante una técnica cuidadosa de elaboración para darle una consistencia elástica, misma que se puede moldear hasta darle una forma redonda y trenzada.

 La leche cuajada se fermenta y es sometida a altas temperaturas hasta volverse un queso uniformemente elástico que puede ser estirado a una forma redonda. Esta presentación ha ganado fama nacional así como en muchas ciudades de los Estados Unidos y Europa.

Este queso se elabora de leche de vaca, y pertenece a la familia de quesos de “pasta hilada” en cuya tecnología la pasta hilada se acidifica hasta alcanzar un pH de 5.3 y con este procedimiento se moldea. El moldeado puede hacerse al estirar las hebras y trenzado de las correas, o bien ponerla en un molde y formar rectángulos, en este último caso se llama queso asadero.

Su elaboración requiere de destreza y conocimiento, puesto que presenta ciertos puntos críticos cuyo control es indispensable, por ejemplo, la acidez adecuada de la leche, la acidificación de la cuajada, la determinación del punto de hebra y el amasado de la pasta con agua caliente (65º a 70º OC) o malaxado, y luego el enfriado de las hebras con agua a 4ºC.




Adquisición

La mayor parte del queso Oaxaca que se comercializa proviene de Puebla, Veracruz o Chiapas.

Conocido a veces también como "queso Oaxaca" su nombre correcto es quesillo. Se acostumbra a vende en cantidades pesadas desde unos cuantos gramos hasta varios kilos.

Este es un queso poco o nada conocido en Europa aunque si lo es y bastante en el Propio Méjico y en Centroamérica donde comienza a producirse de forma bastante intensa sobre todo para su exportación a los Estados Unidos de Norteamérica donde tiene bastante aceptación debido a los hábitos alimenticios de sus población.

Consumo


Debido a sus excelentes cualidades de fundido, el Quesillo Oaxaca se utiliza con frecuencia como la base para un aperitivo muy popular en restaurantes mexicanos, consistente en asadero fundido y chorizo rojo. También es usado en la elaboración de las quesadillas, que es la tortilla con queso y flor de calabaza, chicharrón u otro ingrediente.

El Oaxaca es uno de los quesos que goza de mayor popularidad en los consumidores mexicanos, tanto en las clases populares como en las de mayores ingresos, se vende tanto en mercados populares sin empaque, como en tiendas de autoservicio con mejores presentaciones.

Debido a su aptitud para fundir, se consume frecuentemente, acompañando a los platillos tradicionales de la cocina mexicana y específicamente los típicos “antojitos”.

Denominación de Origen

Este queso carece de regulación administrativa del tipo de protección similar a la denominación de origen europea.




lunes, 18 de noviembre de 2013

No puedo quitar mis ojos de ti, Alba Molina

No puedo creer que es verdad
que tanta felicidad
haya llegado hasta mi
y simplemente aprendí
que el cielo siento alcanzar
pensando que voy a amar,
por eso no puedo así
quitar mis ojos de ti.

Tu tienes que perdonar
mi insolencia al mirar,
toda mi culpa no es,
me he enamorado esta vez
difícil es ser, existir,
sin ti no quiero vivir,
por eso no puedo así
quitar mis ojos de ti.

Te quiero mucho,
mi bien compréndelo te quiero mucho,
con toda intensidad te necesito,
digote la verdad.

Te quiero mucho y pido sin cesar
que no me dejes,
ya que te encontré
pues voy a amarte
siempre quiero amarte.

No puedo creer que es verdad
que tanta felicidad
haya llegado hasta mi
y simplemente aprendí
que el cielo siento alcanzar
pensando que voy a amar,
por eso no puedo así
quitar mis ojos de ti.

Te quiero mucho,
mi bien compréndelo te quiero mucho,
con toda intensidad te necesito,
digote la verdad.

Te quiero mucho y pido sin cesar
que no me dejes,
ya que te encontré
pues voy a amarte
siempre quiero amarte.

Te quiero mucho,
mi bien compréndelo te quiero mucho,
con toda intensidad te necesito,
digote la verdad.


Inocencia añorada, Jorge Luis Jaimes




Sin saber por qué,

ahora estoy pensando
en la manera de mirarte a los ojos,
sin que nadie a nuestro alrededor nos moleste.
Estoy pensando
en la manera de besarte suavemente,
con frescura, con inocencia.
Estoy pensando
en la manera de volver a mi niñez,
y contigo… al primer beso.


Origen de la publicidad




Aunque no nos guste admitirlo, la publicidad marca nuestras pautas de comportamiento, de consumo y, definitivamente, de vida. Estamos expuestos a aproximadamente 3.000 impactos publicitarios diarios.

Los orígenes de la publicidad se remontan a la antigüedad. Se puede decir que hace 25.000 años, después de la edad paleolítica, empiezan a reconocerse los primeros datos de la publicidad al aparecer la magia, la religión y las pinturas rupestres.

Varios autores coinciden en que el primer aviso publicitario tiene casi tres mil años de antigüedad. Un papiro egipcio, encontrado en Tebas que se conserva aún en el museo Británico de Londres: 

"Habiendo huido el esclavo Shem de su patrono Hapu, el tejedor, este invita a todos los buenos ciudadano de Tebas a encontrarle. Es un hitita, de cinco pies de alto, de robusta complexión y ojos castaños. Se ofrece media pieza de oro a quien dé información a cerca de su paradero; a quien lo devuelva a la tienda de Hapu, el tejedor, donde se tejan las más bellas telas al gusto de cada uno, se le entregará una pieza entera de oro". 

En la antigua Grecia, hacia el 480 a.C, aparecieron los primeros medios de propaganda. Se trataba de "axones” (paralelípidos) hechos de madera pintada de blanco en los que se inscribió el código de leyes de Solón, luego de la batalla de De Salamina contra los Persas. También proceden de aquella época los "Kyrbos", cilindros de maderas en los que se incluía todo tipo de comunicados. 

En Roma surgieron los "alba" y los "libelli". Los primeros eran tablones de anuncios permanentes, antecesores de la gigantografía. Y los segundos, papiros que se adosaban a los muros, del mismo modo que los actuales afiches. Ambos soportes eran utilizados para publicar avisos oficiales, aunque también podían verse anuncios sobre venta de esclavos, de espectáculos, alquileres de casas y objetos encontrados. 

Durante la edad media se utilizan grabados o xilográficas. Los manuscritos se tallaban en planchas de madera que se entintaban a modo de sellos (xilografías) lo cual permitía obtener cierto número de reproducciones en un pergamino. Estos grabados eran utilizados por la Iglesia y se colocaban los días festivos, los domingos, los días de boda o de bautismo. 

Fue la imprenta de tipos móviles, difundida por Gutemberg la que produciría una verdadera revolución en cuanto a la posibilidad de difundir un mismo mensaje de manera simultánea. Los tipos móviles, son prismas en cuya base aparece una letra en relieve, que entintada permite su reproducción. De este modo, la combinación de los tipos móviles, permitía la reproducción de cualquier texto. 

A partir de la difusión de la imprenta, se inicia la etapa moderna de la publicidad, que hasta el momento no había existido como un elemento autónomo. 

Al mismo tiempo, el crecimiento de los centros urbanos propició el desarrollo de la publicidad como medio de comunicación masivo. La necesidad de informar al público a cerca de los productos que llegaban, ofertas, servicios utilizaron este recurso para comunicarse y generar mercados. 

En 1711, el periódico The Spectator, descubre que la venta de publicidad permitiría abaratar los costos del ejemplar ya que los anunciantes serían quienes financien los costos de la edición. De este modo, surge el concepto moderno de tarifa publicitaria en el cual un medio cotiza el valor de su espacio publicitario en función de la tirada o el rating. 

En 1845 nace en Francia la primera Agencia de Publicidad: "Societé Géneérale des Annonces", destinada a prestar servicios a los anunciantes y a mediar entre estos y los medios de comunicación. 

Las empresas que comercializaban medicamentos patentados crecieron mucho a partir de finales de la década de 1870 gracias a la publicidad inserta en periódicos y revistas (en 1874 se inventa la impresora). Delimitaron un gran mercado debido a que era difícil encontrar médicos en las áreas rurales, por lo que los colonizadores y los granjeros tenían que automedicarse.Entre los primeros anunciantes también figuraban de un modo destacado las empresas de ferrocarriles y de transporte marítimo de Estados Unidos que informaban, además del lujo y la comodidad de sus servicios, de los horarios y las tarifas.

A finales del siglo XIX nace el cine y la fotografía y muchas empresas estadounidenses empezaron a vender sus productos en envases que llevaban impresa la marca. Este hecho marcó un hito en la historia de la publicidad, puesto que antes los productos domésticos como el azúcar, el jabón, el arroz, la melaza, la mantequilla, la leche, la manteca, las alubias (frijoles), los caramelos y dulces y los alimentos en escabeche se vendían a granel, por lo que los consumidores no habían conocido hasta entonces al productor.Los primeros en utilizar esta técnica fueron los vendedores de jabones y detergentes. Entre los primeros (que datan de 1880) destacan Ivory, Pears' y Colgate. A principios del siglo XX surgieron marcas tan conocidas como Wrigley y CocaCola.

Tras la I Guerra Mundial, la industria publicitaria estadounidense creció hasta el punto que se convirtió en la marca registrada de los propios Estados Unidos. Este crecimiento se vio impulsado por numerosos avances tecnológicos; el crecimiento de la industria estadounidense provocó nuevos inventos y mejoras técnicas que beneficiaron a otras industrias.

La aparición de la electricidad contribuyó a la creación de anuncios luminosos; el fotomontaje y otras mejoras en las técnicas de impresión ayudaron tanto a editores como a los departamentos de publicidad de periódicos y revistas. La publicidad empezó a contratar a especialistas en relaciones públicas. La aparición de la radio en la década de 1920 estimuló una nueva técnica de venta que utilizaba la voz como reclamo.

El invento más significativo de la posguerra fue la televisión, un medio que forzó a la industria publicitaria a mejorar sus técnicas comerciales utilizando medios visuales y sonoros. Tan sólo en Estados Unidos, a finales de la década de 1980, se gastó en un año en torno a 120.000 millones de dólares en publicidad. En la década de 1990 destaca la generalización del uso de reproductores de vídeo y de mandos a distancia para éstos y para las televisiones.

Con el siglo XX se inicia el desarrollo y la profesionalización de la actividad publicitaria que creció al ritmo de la tecnología y la progresiva globalización convirtiéndose en lo que hoy en día conocemos y vemos diariamente como publicidad.

Las agencias de publicidad consideran una amenaza esta generalización porque algunos espectadores pueden borrar los anuncios cuando graban programas o pasarlos a alta velocidad cuando ven una cinta grabada; además, la existencia del mando a distancia también es una amenaza porque los espectadores pueden cambiar de cadena o quitar el sonido en tanto se emitan los anuncios. Por ello, las agencias de publicidad han cambiado de técnica y ahora intentan esponsorizar los espacios de la programación. La generalización de redes internacionales de informática, como Internet, compensa estas dificultades al ofrecer un nuevo medio específico para publicar y difundir anuncios.

En Estados Unidos, las grandes compañías como Pepsi, Coca Cola, Colgate, McDonald, Burger King, etc. Gastan miles de millones de dolares en campañas publicitarias dentro de los colegios. Coca-Cola patrocina un espacio en las clases de química donde hablan de la importancia económica de la compañía y hacen un análisis de sus diferentes productos. Coca Cola en su primer año de vida gastó en publicidad un total que rondaba los 150$. En 1998, Coca Cola se gastó 60 millones de dolares tan solo en una campaña de marketing en “the Boys and Girls Clubs of America”. A Vodafone le cuesta 60 Millones de euros patrocinar a Ferrari anualmente (bajo un contrato de tres años de 180 Millones de euros).

La industria farmacéutica, "basada en la investigación científica", gasta más en promoción y administración que en investigación y desarrollo. En el año 2000, Merck gastó 161 millones de dólares en publicidad de Vioxx. Facturó 2500M $ (luego en torno al 6% en publicidad). Solo el 10% suele ser directa al consumidor (en USA cualquier medicamento, en Europa solo los que no necesitan receta (OTC)). El resto, información científica, congresos, seminarios, etc lógicamente a médicos. Esta cantidad es más de lo que gastó Pepsico en publicidad de Pepsi (125 millones), y más de lo que Anheuser-Busch gastó en publicidad de Budweiser (146 millones). El gasto en I+D española, aún siendo obligada es el más bajo de Europa.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Mar, Ana María Matute

Pobre niño. Tenía las orejas muy grandes, y, cuando se ponía de espaldas a la ventana, se volvían encarnadas. Pobre niño, estaba doblado, amarillo. Vino el hombre que curaba, detrás de sus gafas. “El mar -dijo-; el mar, el mar”. Todo el mundo empezó a hacer maletas y a hablar del mar. Tenían una prisa muy grande. El niño se figuró que el mar era como estar dentro de una caracola grandísima, llena de rumores, cánticos, voces que gritaban muy lejos, con un largo eco. Creía que el mar era alto y verde. 

Pero cuando llegó al mar se quedó parado. Su piel, ¡qué extraña era allí! -“Madre -dijo, porque sentía vergüenza-,quiero ver hasta dónde me llega el mar”. 

Él, que creyó al mar alto y verde, lo veía blanco, como el borde de la cerveza, cosquilleándole, frío, la punta de los pies. 

“¡Voy a ver hasta donde me llega el mar!” . Y anduvo, anduvo, anduvo. El mar, ¡qué cosa rara!, crecía, se volvía azul, violeta. Le llegó a las rodillas. Luego, a la cintura, al pecho, a los labios, a los ojos. Entonces, le entró en las orejas el eco largo, las voces que llaman lejos. Y en los ojos, todo el color. ¡Ah, sí, por fin, el mar era verdad! Era una grade, inmensa caracola. El mar, verdaderamente, era alto y verde. 

Pero los de la orilla no entendían nada de nada. Encima, se ponían a llorar a gritos, y decían: “¡Qué desgracia! ¡Señor, qué gran desgracia!”.

jueves, 14 de noviembre de 2013

María, La oreja de Van Gogh y Natalia Lafourcade




Llega tarde a casa con la bruma del mar,
llega con la rabia enroscada
Entra muy despacio para no secuestrar
el sueño más bonito que hay.

Sale de la niebla
Da un bostezo lunar
Descalza y despeinada, corre...
corre hasta sus brazos como nadie lo hará
jamás... jamás... jamás...

Y María le dice que sí,
dice sonrojada que sí
y se esconde en sus brazos
y él contesta que todo irá bien,
que las flores volverán a crecer
donde ahora lloramos.

Cae la madrugada mientras ella de pie
Brilla con la chispa adecuada.
cara de emboscada, cielo abierto a la vez.
Él piensa qué bonita es...

Juntos y olvidados por el sueño se van
contando adivinanzas
hasta que la flor se va cerrando con él...
se va cerrando con él.

Y María le dice que sí,
dice sonrojada que sí
y se esconde en sus brazos
y él contesta que todo irá bien,
que las flores volverán a crecer
donde ahora lloramos.

Y el invierno llegó y él se fue
y cuentan que María sin él
no se mira en los charcos.
Cada 13 de marzo a las 10
ella espera verlo otra vez,
pero él se ha marchado.

Llega tarde a casa con la bruma del mar,
llega con la rabia enroscada
Entra muy despacio para no secuestrar
el sueño más bonito que hay.

Sale de la niebla
Da un bostezo lunar
Descalza y despeinada, corre...
corre hasta sus brazos como nadie lo hará
jamás... jamás... jamás...